San Vicente del caguán es uno de los municipios más grandes de Colombia que esta estigmatizado socialmente a raíz de la violencia que sus habitantes han tenido que vivir, nadie lo considera un destino turístico ,sin embargo cada lugar tiene su encanto y en San Vicente del Caguán la gente a pesar de una historia llena de guerra y violencia da lo mejor de sí para con los demás .
Llegar a este municipio y empezar a romper y cambiar cada uno de esos prejuicios que dibuja la gente y los medios de comunicación no fue tan difícil ,fue suficiente conocer la institución educativa Dante Alighieri para darse cuenta del potencial de estos estudiantes, la gran labor que hace el cuerpo docente y la otra cara del municipio, gente con historias impactantes e inspiradoras que a pesar de las dificultades siguen apostándole a un cambio, es decir ,a los jóvenes que sin lugar a duda tienen el futuro en sus manos .
Desde mi experiencia personal considero que somos docentes en formación que debemos apostarle hacer algo diferente en nuestra sociedad , podemos investigar más allá de nuestras aulas ya que Colombia es más que Bogotá , existe una Colombia rural que es olvidada por muchos y que necesita cada vez más profesionales que se interesen por estas zonas que están llenas de potencial pero les falta apoyo profesional . En este caso siendo sincera fue más lo que aprendimos de la institución educativa Dante Alighieri pero todos quedamos con unas ganas inmensas de aportar a la educación de estos jóvenes y volver para darles lo mejor de nosotros. En mi caso estuve realizando entrevistas a docentes sobre su experiencia y el modelo pedagógico de la institución, algo que me dejo sin palabras , encontramos docentes muy bien preparados con un amor inmenso a los jóvenes y con esto logre entender lo que llaman vocación pues estos docentes buscan sacar a los niños y jóvenes del contexto en el vienen y mostrarles un camino diferente , teniendo en cuenta que el colegio ofrece una segunda casa llena de hermandad que crea entre los jóvenes grandes lazos de amistad y sentido de pertenencia para con la institución.
Aunque las palabras no son suficientes para describir toda la experiencia, me queda decir que San Vicente del Caguán es más que un municipio lleno de violencia y el cambio está en educación, preparar a los jóvenes para servir a su comunidad, por mi parte espero con anhelo el momento de volver y poder aportar mucho más de lo que ellos me puedan enseñar y sin lugar a duda también es importante agradecer quienes hicieron posible esta experiencia Álvaro Hernández quien nos abrió las puertas ante la institución educativa y nos inspira a crear nuevas cosas y Patricia Moreno quien es nuestra guía y compañera en esta experiencia.