Aunque ésta gran Nación se encuentra llena de poblaciones y minorías en un latente peligro de desaparición, debido a diferentes factores entre ellos el abandono estatal que ya cobra más de medio siglo, el Vichada es una zona de contrastes, pues allí el área territorial en contraste con el número de habitantes es desproporcionado, además la cantidad de recursos naturales que se encuentran podrían satisfacer las necesidades de otras poblaciones de otras zonas del país.
Desde este punto de vista encontrarse de frente con una comunidad que ha vivido una serie de necesidades, pero que a su vez desea luchar por apropiarse de su cultura y de su territorio, genera una serie de expectativas y sentimientos los cuales como persona y profesional son totalmente nuevos. Particularmente el lado social fue el primero que enfrentó esta realidad, pues compartir con una comunidad indígena arraigada a una serie de concepciones y principios ancestrales es un reto, que debe abordarse con la mayor humanidad (algo que no enseñan en las academias) y con el deseo de aprender y no de desmeritar los conocimientos de estos habitantes. Por otro lado, estar inmerso en un sitio donde las comodidades del mundo moderno, como el internet, la luz entre otras son inexistentes, lo evalúan y lo retan constantemente, pero esas “necesidades” se ven satisfechas por el paisaje ya sea de día, de noche, con lluvia o soleado, nublado o despejado, en donde el trabajo de reflexión fue un buen estimulo para analizar y repasar las actitudes que nos tenían en ese preciso momento y lugar.
Desde el punto de vista profesional fue un parcial constantemente vivido y en el cual la calificación no estaba dada por una nota, sino al contrario por los resultados que se expresan en el conocimiento y saberes que se dejan en la comunidad. A pesar de que en la universidad se imparte una serie de conocimientos muchas veces teórico y pocas veces práctico, que no corresponde a la realidad nacional. Por otro lado, este contexto me exigió y evaluó la facilidad para replicar los conocimientos que tenía y a mostrar tranquilidad para expresarlos, e incluso sacó a la luz capacidades que en otro momento no hubieran surgido.
Invito a todos lo que leen esto a continuar deseando, luchando y soñando las cosas que desde su corazón siempre han querido, que desde este momento sean autores de cambio en sus comunidades, barrios y familias, como ha pasado desde Profesionales Amigos los cambios positivos no se logran ver hasta después de un tiempo en el cual exista un gran esfuerzo y dedicación, por tal razón si queremos ver un real cambio en nuestra sociedad debemos no sólo empezar sino continuar con temple paciencia y decisión.