Con varios meses de la expectativa por entrar en campo y comenzar el trabajo con la comunidad comienza mi experiencia personal en Vichada. Ya me había encontrado un mes antes en Cumaribo (Vichada) con mi compañero Sergio Forero en un encuentro Departamental, eso hizo que la emoción por vivir esta nueva experiencia en el resguardo Gavilán La Pascua estuviera cargada de alegría.
Salimos a las 3 de la mañana de Bogotá y a las 7:30 de la mañana estábamos abordando la avioneta. A eso de las 9:30 de la mañana llegamos al resguardo y el primer grupo que había llegado nos esperaba con coplas llaneras y mucha energía para comenzar la experiencia.
Durante la mañana y las horas de la tarde descansamos. La primera semana fue el espacio oportuno para conocernos más como equipo, conocer el sitio donde nos encontrábamos y acostumbrarnos a la temperatura. Fueron días de planeación del trabajo que se iba a realizar en la semana del 9 al 14 de diciembre. Hubo mucha expectativa de la comunidad y del equipo de Profesionales Amigos. Ambos estábamos en el proceso de organizarnos para que las jornadas marcharan muy bien.
En las mañanas cuando nos levantábamos tuvimos la experiencia de orientar nuestra experiencia a partir de una pregunta diaria la cual ayudaba a concentrarnos en el día como personas. Además, ver el amanecer fue muy gratificante junto al equipo, la diversidad de colores, la combinación armónica entre el sol y el resto de la naturaleza, el cantar de los pájaros y los animales por la luz que ilumina la mayoría de espacios.
En ocasiones durante las noches compartíamos con los jóvenes y los niños que querían jugar fútbol, eso ayudó a que hubiese una cercanía con ellos, aunque durante las jornadas de trabajo, varios no pudieron asistir porque trabajaban todo el día.
La siguiente semana cuando todo comenzó y después de haber tenido un domingo lleno de acogida y aprecio de parte del profesor Horacio en su finca, vimos que el compromiso de las personas era muy grande, aproximadamente hubo el primer día unas 104 personas. Las cuáles participaron en las diferentes mesas de trabajo. Ver ese potencial de personas preocupadas y comprometidas por mejorar su estilo de vida como pueblo indígena me hizo comprender el compromiso que personalmente tenía con el viaje, y querer dar lo mejor era la preocupación diaria.
A lo largo de la semana comprendí que hay que estar muy bien preparado, porque la comunidad espera lo mejor de nosotros, tanto en lo humano que va desde el saludo, el compartir y el intercambiar experiencia como el profesional, el cual necesita de una buena preparación para orientar de la mejor manera los procesos educativos que apuntan a la apropiación de la cultura.
Ver a todas las comunidades del resguardo participar, los Capitanes y el Cabildo Gobernador fue significativo. Comprender los compromisos que quedan por cumplir fue retador y contemplar los rostros en un futuro no muy lejano siendo profesionales y trabajando con liderazgo por su comunidad es un sueño posible.
Doy gracias a la vida y mi equipo de trabajo por permitirme vivir esta experiencia tan bonita en la cual estamos consolidando el pensamiento + acción que tanto compartimos. Aprendí mucho de mi equipo, aprendí a saber que no todo lo sé, que necesito del conocimiento interdisciplinar para pensar en soluciones interdisciplinares para preguntas, problemas o temas.