Escuchando la última serenata brindada por los animales del resguardo, percibí un ambiente de tristeza por dejar la tierra que nos abrió sus brazos con tan amable trato; esperando el transporte y concentrados en disfrutar el poco tiempo que nos quedaba allí, nos detuvimos a observar la imponente bóveda celeste que reposaba sobre nuestros ojos,…